Prohibido niños: La venganza

Después de nuestro fatídico encuentro con los propietarios de una terraza en la Barceloneta, el domingo de la semana siguiente cuatro parejas con sus respectivos retoños (en total seis nenes), más un trío de buenos amigos nos dirijimos al lugar de los hechos, los agraviados de la semana anterior nos vamos a la playa con los niños, que juguetean un buen rato con la arena, los demás componentes del comando, nueve en total, van a tomar algo –sin niños, evidentemente- al mega fashion cool chiringuito playero, piden las mejores consumiciones ( güisqui del bueno, cócteles), se las van tomando, y –en perfecta planificación- cuando ya están a media copa, una horda de niños, van corriendo hacia ellos al grito de ¡¡¡paaaapa, maaama!!! La camarera no tiene tiempo de reaccionar, se le cuelan niños por todas partes, estos se apalancan en la mesa con sus padres, la camarera va hacia la mesa y pronuncia LA frase: -‘no se puede entrar con niños’-. Ah, bien, pues nos vamos… sin pagar… -pero, pero-… intenta articular la camarera… viene el encargado… discusión… no hay ningún cartel en ningún lugar del establecimiento que advierta de la no admisión de (los seis queridísimos) niños, ni han sido advertidos de ello, sus normas seguramente son ilegales, así que ahí os quedáis, el comando se repliega, el encargado no se atreve a decir más, si quiere y está seguro de lo que dice, llame a al policía… no lo hace… el comando se va… a lo lejos descubren nuestras miradas, nuestra sonrisa, la afrenta ha sido vengada y las copas… ¡gratis!, así que ya lo saben, chiringuito de sofás blancos… playa de la Barceloneta… Barcelona…