6/18/2008


Zoe y yo nos vamos de compras a Barcelona (vivimos en un pueblo -Teià- a 20 km de la ciudad).
Ya sabemos todos lo complejo que es ir a cualquier sitio en coche con niños por unas horas...infraestructura básica: Alguna cosilla para picar (palitos de pan, galletas...) , agua, ropa de recambio , pañales, crema, el cochecito, la muñeca... Llevo todo lo necesario al coche, pero siempre me dejo algo, cuando vamos sin prisas, dejo a Zoe revoloteando por el interior del vehículo, le gusta mucho ponerse a ‘conducir’, coger el volante, tocar el claxon, poner música... mientras yo voy cargando las cosas... y me doy cuenta de que me he dejado la chaqueta (hace fresquito y amenaza lluvia)... dilema... Zoe se lo está pasando bomba conduciendo y sólo voy a tardar un minuto en subir y bajar a casa para recoger la chaqueta, puedo dejarla en el coche por que está en le patio de casa y no va a pasar nadie ni se puede escapar, pero... por si acaso... medio cierro la puerta del coche... con Zoe ... ¡¡¡¡y las llaves dentroooo!!!. Subo a casa... ¡ups! no tengo llaves... vuelvo a bajar, Zoe esta en el coche conduciendo... y -Ley de murphy- ha apretado el botón de cierre automático de las puertas. SI, está encerrada dentro del coche, y, NO, no tengo más llaves, su mamá (que tiene llaves) está trabajando, lejos. Bien, que no cunda el pánico, mi hija es muy lista y entenderá mis instrucciones. Con la mejor de las sonrisas, me dirijo a ella con toooooda la calma: “Zoe, cariño dale al botoncito este de aquí” (señalo el botón), me mira divertida y sigue conduciendo... bien, insisto, ella empieza a no entender por qué le pido lo del botoncito, además no me oye bien, ha puesto la música un poco alta, le digo que baje la música, craso error, sólo sabe darle hacia un lado y la pone a ¡¡todo volumén!!.. se agobia, me agobio, insisto con el tema del botón, no hay manera, no me oye y empieza a llorar... por suerte llega mi vecina Gemma -jódete Murphy- le explico la situación, se imponen medidas drásticas, encuentro una palanca y una barrita de madera (cosas que encuentro en el trastero del jardín, ventajas de tener un vecino ‘manitas’), con la palanca, aprovechando que la puerta no estaba bien cerrada -jódete again Murphy- consigo un espacio suficiente para que Gemma introduzca la varilla de madera y empuje el botón que baja la ventanilla... buf! problema solucionado, con la ventanilla abierta le doy al p... botón y ¡niña liberada!... en total unos tres o cuatro -eternos- minutos de mal rollo y una puerta del coche ... abollada y desencajada, y una gran lección aprendida: nunca dejar en el coche dos cosas juntas e incompatibles: llaves del coche y niña.

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