3/23/2009

La magia de las letras 2




Hace un tiempo ya os conté lo que estaba cambiando el príncipe gracias a la lectura y la escritura. Os voy seguir contando su evolución. Resulta que me ha salido un lector empedernido, de lo que estoy muy orgullosa, ya que yo también lo soy. Aunque sigue teniendo sus caprichos y arrebatos, le ha dado por pedir libros, y a eso sí que no me puedo negar. El otro día fuimos a una librería a cambiar un libro que me habían regalado repetido y él empezó a curiosear, pero ya no los habituales cuentos infantiles, llamativos y llenos de color, sino, como él dice “libros de mayores”, que no tengan dibujos, sólo letras, y cuanto más gordos, mejor.
Está claro que lo suyo es lo intelectual, de hecho es un poco torpe para los deportes. Quiso apuntarse a clases de fútbol, pero a los 10 minutos de entrenamiento ya estaba cansado y aburrido, así que para qué insistir.
El caso es que ahora da gusto, todos los días se lleva su libro al cole, y cuando termina los trabajos, o cuando no pueden salir al patio por el mal tiempo, se pone a leer; y todas las noches se va a la cama con su librito (y su marcapáginas, le encantan, hasta se los hace él mismo), y hasta le lee los cuentos a su hermana, quien ya no nos lo pide a nosotros, sino directamente a él ¡Son tan monos!

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