Hola de nuevo y Feliz año . Pensaríais que había desaparecido, pero no, sigo aquí, lo que pasa es que la familia real me ha tenido demasiado ocupada durante las vacaciones, así que ha sido difícil retomar los post. Pero vamos, que he vuelto. Por fin se acabaron las fiestas, yo ya estaba agotada de tanto tiempo libre, y los peques ni os cuento, deseando volver al cole. Pero, aparte, ha sido la primera navidad de verdad para la princesa, con lo que todos hemos disfrutado muchísimo. Al principio parecía no entender mucho, pero a medida que iba viendo luces, árboles y regalos, rápidamente se lo aprendió todo, villancicos incluidos que supongo seguiremos cantando el resto del año. Ha alucinado con todo, primero con Papá Noel, al que ella pedía (cómo no) un bebé, un traje de princesa y un ordenador de princesas (ya que su hermano quería otro de Ben 10), y cuando vio que se lo traían, empezó a pedir y pedir y aún no ha parado. Luego vino la Nochevieja, que la pasamos en la playa con un grupo de amigos y ¡8 niños! de entre 2 y 6 años, que lo pasaron en grande bailando, con las uvas y los fuegos artificiales que ellos mismos lanzaron; el príncipe todavía cuenta como una gran hazaña que se acostó a las 4 de la madrugada, y hasta estuvo ligoteando con una niña. Y por fin llegó el día de Reyes. Totalmente de acuerdo con Marion, es una fiesta muy especial que nadie debería dejar de celebrar, independientemente de la edad. Para nosotros este año ha sido muy especial, porque hemos participado todos. Fuimos a la Cabalgata, pero en lugar de la que todos visteis por la tele, en Madrid se hacen muchas en los barrios, y nosotros elegimos la de Carabanchel, ya que hay menos gente, de manera que Melchor, Gaspar y Baltasar casi nos atropellan, y recogimos caramelos para todo un año. De vuelta a casa, preparamos todas las cosas: los zapatos, el agua para los camellos, leche y roscón para los Reyes (aunque la princesa dio buena cuenta de éste antes de que llegaran, les dejó apenas unas migajas). Y lo más importante: los chupetes, que se llevarían a cambio de regalos, igual que hicimos con su hermano. Muchos nervios para dormir y por fin, a las 6:30, el príncipe no pudo más y nos despertó a todos. Ver esas caras de alegría y extrañeza a la vez no tiene precio. Y aunque todavía le cuesta un poco dormir, la princess ya no tiene “tete”, y está muy orgullosa porque ya es mayor. Angelitos....
1/13/2009
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1 comentario:
Felicidades por la revista! Quizás un pelín tarde... pero realmente la navidad me ha absorbido tanto que apenas me he acercado a los quioscos... Me gusta el look y los reportajes. Estoy deseando tener en mis manos el número primaveral! Hasta pronto!
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