10/12/2008

La Pantallitis


Estoy preocupada. Nos invade una grave epidemia de pantallitis aguda.
Ilusa de mí, creía que me iba a librar.
Cada vez que veía algún niño o niña pegado a un videojuego, pensaba: "qué horror, mis hijos no serán así". Pues he caído, el príncipe se ha contagiado y la culpa es mía. Empecé poniéndole dibujos animados para bebés, del tipo Baby Einstein o Playhouse Disney; luego pasamos al ordenador donde jugábamos a juegos estimulantes y de aprendizaje, y a los 18 meses ya sabia manejar el ratón; después heredó una gameboy de sus primos mayores, él no tenia ni idea de manejarla, pero les imitaba y parecía que jugaba y todo.
Ahora estamos perdidos. No puede vivir sin una pantalla cerca. Si no es la Nintendo, es la Wii. Si le castigo sin esto, es la tele; y si tampoco, el ordenador, el móvil de su padre, de su tío o de su abuela. Se engancha hasta al GPS del coche.
Yo creo que son una generación que ha nacido totalmente integrada en lo tecnológico, con una capacidad especial para la electrónica, y he comprendido que no puedo mantenerlos al margen, sería como aislarlos. Así que me guste o no, tengo que tragar, por lo menos intentado controlarlo y sacar lo positivo. Sí me preocupa que cuando está con otros niños, si hay pantalla por medio, apenas se relacionan, se quedan todos como abducidos. Me contaba mi cuñada que llevó a su hijo de 13 años a Nueva York, y se paso el viaje jugando a la PSP, así que ya no le lleva a ningún sitio mas.
Además, en particular mi hijo es un autentico fiera. Coge un juego nuevo y, sin saber leer siquiera, en dos minutos sabe las teclas que hay que utilizar y cómo jugar. De vez en cuando te pregunta qué pone, pero no tiene ningún problema.
Y la princesa ya apunta maneras, que de vez en cuando se pone ella a jugar, y es gracioso porque le está pillando el truco, la tía.

Lo malo es que yo he aprendido a utilizarlo como un arma de doble filo, aunque sea en mi contra, de manera que cuando salimos a comer o a algún sitio que no les resulte demasiado atractivo, le engancho a la maquinita y por lo menos nos da un respiro. La verdad es que estas vacaciones no sé qué habríamos hecho sin DS y DVD portátil, porque hemos hecho muchos kilómetros que igual de otro modo no habrían aguantado.
Ahora el problema ha sido desengancharle del vicio, pero ya sabe que entre semana lo más que hay son dibujos, y con eso parece que le vale, hasta el sábado que lo coge con verdadera avidez. Lo cual no me extraña, porque de verdad que hay autenticas maravillas de juego, y con algunos hasta se aprende de verdad, así que no me ha quedado mas remedio que claudicar y rendirme ante los encantos de la pantallita.

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