10/06/2008

Intolerancias



El avance de las nuevas tecnologías parece proporcional al aumento de alergias e intolerancias en los niños, no sé si por coincidencia o porque la forma de vida occidental se está cargando nuestro hábitat a pasos agigantados. El otro día escuché que los bebés se estresan más que hace quince años, y no me extraña. También entonces había menos intolerancias alimenticias, aunque a nosotros nos tocó una difícil de aceptar en sociedades como la catalana o la gallega, ambas de fuerte tradición lechera. Vera se quejaba constantemente de su barriguita desde los dos años, le gustaba muchísimo la leche y algunos derivados, como la nata, no así el helado, que siempre pedía y siempre dejaba. Según crecía sus gastroenteritis se hacían más frecuentes y yo iba buscando leches más suaves, hasta que a los seis años sufrió una crisis aguda de repetición y un pediatra avispado dio con la clave: suprimir los lácteos durante un mes. Pero todos los lácteos, es decir, cualquier alimento que en sus ingredientes llevara lactosa, suero de leche o alguna denominación láctea. Me pasaba horas en el súper mirando la letra pequeña y descubriendo leche en el pan de molde, en las salchichas, en el paté, en el jamón dulce, en los cereales... fue un trabajo pesado aunque eficaz, y Vera se recuperó. El diagnóstico, intolerancia a la lactosa, era tan claro que no hubo otras pruebas o análisis, así que sustituimos la leche por bebida de soja, eliminamos los lácteos y buscamos el calcio en otras fuentes, como verduras y frutos secos. Ahora es muy fácil convivir con esa intolerancia porque el mercado está lleno de productos apropiados para ella, pero en los noventa Vera lo pasó fatal, pues los niños se extrañaban mucho de que no tomara helados, yogures o batidos y se sentía rara. Algunos adultos incrédulos y escépticos me tachaban de madre exagerada y protectora, pero el cuerpo de mi hija lo agradece aún cada día. Porque hoy Vera es una chica sana, delgada que no flaca (aunque a ella le gustaría estar más gordita) y muy bien alimentada.

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