7/02/2008

Otra versión del cochecito


Tenía previsto sacar este tema en breve, pero el otro día mi compañero Pelut me lo puso en bandeja. Hace 17 años no había ni la mitad de marcas, modelos y versiones de cochecitos que ahora, afortunadamente. Pero además en La Coruña todos los bebés llevaban el mismo, un Arrue azul marino con ruedas enormes y de lo más aparatoso, eso sí, con una amortiguación que debe de ser estupenda para mecer al chiquitín. Y como adorno, la mayoría colgaba de la capota un sonajero de plata con un gran lazo, rosa o azul. A mí todo esto me superaba, recién llegada de Madrid, con mis 27 años y mi mente proletaria, algo me decía que ése no era mi sitio... Cuando llegó el momento de comprar el dichoso cochecito yo no sabía muy bien lo que quería, pero sí lo que no quería. Tuve la suerte de encontrar uno que me chifló desde el principio por distinto y que encima estaba rebajado (no tenían a quién venderlo, claro), era nada menos que de lunares, enormes lunares de colores que se vinieron para casa.
Vera nació en un septiembre muy caluroso, al que siguió un otoño y un invierno secos y soleados, por lo que sus primeros meses de vida salió a pasear todos los días en su flamante coche de lunares. Las otras mamás eran muy simpáticas con nosotras, decían que se nos veía de lejos y se acercaban para mirar la ropita de Vera, que normalmente iba en la línea del cochecito. Nunca encajé ni me aceptaron como una de ellas, aunque hoy vivo en La Coruña feliz de ser yo y con el ánimo de tener mis seguidores. Ahora, aquí la mayoría de cochecitos siguen siendo los mismos a pesar de las nuevas marcas, modelos y versiones. Os invito a comprobarlo.

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